enero 12, 2012

Despedidas

Posted in Belgica y los belgas, Bruselas, Circo del terror, Curro, El gigante de tres letras, Madrid, Mudanza a 4:56 pm por La Petite en Belgique

Después de todo lo mal que lo he pasado en este país y de mi salida del Circo de Terror casi con el rabo entre las piernas, me parece casi increíble cómo me estoy finalmente yendo. Me imaginaba mi partida de muchas maneras, pero no así.

El domingo organicé una quedada con las tejedoras a la que faltaron muchas de las habituales debido a las fechas, pero enseguida organizaron otra quedada de emergencia para este miércoles y allí estuvieron, alguna con lágrimas en los ojos. Es curioso, la gente del norte parece fría y distante, pero mi finlandesa demostró ser de todo menos eso. Prometo que cuando esté en Madrid le haré unos guantes super bonitos y se los enviaré a casa.

Y hoy, en la oficina hemos ido a comer fuera. Lo han decidido los jefes. Sí, me voy de Bélgica, pero por todo lo alto. Quieren que siga trabajando con ellos, y mi manager me acaba de decir que este año me corresponde el máximo bonus porque me lo he currado y porque ve mucho potencial en mí. Quieren que sigan con ellos, pero nadie sabe aún cuánto se podrá prolongar mi trabajo desde Madrid y si en la sede del Gigante de las Tres Letras aprobarán mi transferencia. El tiempo dirá.

Sólo puedo decir que estoy muy contenta, que esperaba estar más triste, aunque sé que al final cuando veamos el piso vacío y cerremos la puerta alguna lagrimilla caerá.

Gracias a todos los que hicisteis mi estancia aquí más agradable y fácil. Gracias Pikinb, te echaré de menos pero seguiremos en contacto. En cuanto encontremos apartamento ya sabes dónde estás invitado.

No sé lo que pasará con este blog. Creo que fue creado para un propósito, para una etapa que ahora llega a su fin. Es posible que lo cierre, o que lo deje a la deriva, por si algún navegante extraviado lo encuentra y le sirve de algo. Es posible que abra otra ventanita en otro lado. Siempre hay formas de saber de alguien si realmente queremos. Leeré futuros emails y comentarios, y si queréis os podré contar dónde me podréis encontrar.

septiembre 14, 2009

La mudanza

Posted in Belgica y los belgas, el Ken, Mudanza a 1:14 pm por La Petite en Belgique

Finalmente, después de las aventuras con las cajas en casa, le llegó el turno a las aventuras con las cajas fuera de casa. El sábado alquilamos una furgoneta en Mols, porque después de estudiar varias ofertas, era la que mejor se ajustaba a nuestras necesidades. Vale, era más barata otra oferta de una furgoneta para dos días, pero sinceramente, no necesitábamos la furgoneta durante dos días, y no quería romperme la cabeza buscando un aparcamiento para toda la noche.

Un poco cutre lo de la fecha, ¿no?

Un poco cutre lo de la fecha, ¿no?

A las 8 el Ken se fue a buscar la furgoneta porque en la página web especificaban que para la reserva hacía falta tener un carnet de conducir belga válido (unos xenófobos estos belgas, como ya he dicho más veces), aunque en la práctica iba a conducir yo (al Ken no me mola mucho conducir, sobre todo si es un coche grande y por las calles de Bruselas). A las 9 llegaron los padres del Ken, la familia Flanders, a las 9:10 su hermano y la novia, y a las 9:20 un par de amigos que viven en Leuven. Después de deliberar sobre si cabría todo en una vez y de escuchar algunos comentarios sobre si había caído una bomba en nuestra casa, finalmente salimos hacia Bruselas. El Ken venía conmigo en la furgoneta y sus padres venían en el coche detrás. Y yo cantando a pleno pulmón eso de «¡yo para ser feliz quiero un camióoooon!». He de confesar que cuando me estaba sacando el carnet de conducir, una de mis mayores ilusiones era conducir un autobús oruga.

En Bruselas se unió un amigo que tenemos viviendo allí y a las 4 la parte principal de la mudanza se había acabado. Dicho así suena bastante rápido y simple, pero la verdad, tuvo su miga. Especialmente cuando mamá Flanders se empeñó en que debíamos preocuparnos mucho por dejar unos dos metros de de camino libre en el portal, o cuando propuso parar la mudanza durante una hora porque «seguro que los vecinos se iban a molestar por tener el ascensor ocupado tanto tiempo». En ese momento eran las 12 del mediodía, con todos los belgas comiendo, ni un alma esperando por el ascensor y con el 60% de la mercancía en el portal, incluído un sofá-cama. Yo puse el grito en el cielo y dije que nanai de la china, que mis cosas no se quedaban en el portal esperando a algún desaprensivo mientras nosotros comíamos plácidamente por ahí. Hay que recordar que Bruselas es la ciudad sin ley (que se le pregunten a Aitor) y la familia Flanders viene de un pueblecito de la Bélgica remota donde la mayor preocupación está en ver quién es más católico. Al final, casi por decisión unánime, mamá Flanders y yo nos fuimos a buscar comida y los hombres siguieron subiendo cosas.

Al volver, sorprendentemente, ya habían acabado con todo, así que nos comimos con calma unas hamburguesas en el salón. Luego volvimos a Leuven a devolver la furgoneta y a buscar un par de cosillas más que transportamos en el coche de los Flanders.

A las cuatro el Ken y yo nos quedamos solos en el piso. Contentos de haber acabado con la odisea y rodeados de cajas por todos lados. Esa tarde la dedicamos a limpiar concienzudamente el baño y la cocina (estaba limpio, pero yo no me iba a sentir en casa hasta haber limpiado cada centímetro del baño) y a empezar a colocar cosas. El domingo lo dedicamos a limpiar el estudio de Leuven y a buscar algunas cosilllas desperdigadas que quedaron atrás. Cuando consideramos que quedó suficientemente limpio (y a sabiendas de que volveríamos otro día a fin de mes a pegarle otro repaso), volvimos, nos auto-regalamos una cena a base de mosselen natuur y volvimos a nuestra nueva casa a seguir desempaquetando y colocando. Yo me ocupé del armario de nuestra habitación, y mientras tanto, él deshacía el laberinto de cajas del salon e iba colocando cositas en las estanterías y armarios. Me dejó muy impresionada, porque, aunque siga habiendo cajas por doquier, ahora podemos cruzar el salón sin tener que hacer virguerías ni tener que buscar la salida del laberinto del Minotauro.

P.D.: Oficialmente aún no tenemos internet en casa, porque los de Scarlet dicen que tardaremos entre tres y cuatro semanas en tener servicio (sin tener que cablear, no entiendo como en el siglo XXI puedan tardar tanto). Mientras tanto, estamos navegando a los poquitos gracias a algún vecino caritativo que se ha dejado la red abierta. Gracias, vecino 🙂

septiembre 11, 2009

La americana

Posted in el Ken, Mi espalda y sus circunstancias, Mudanza a 11:49 am por La Petite en Belgique

Ayer conseguimos un coche (ya contaré como) para ir a Bruselas y llevar algunas cosillas, como tres maletas de ropa, el helicóptero teledirigido del Ken, algunas partes de la moto y una caja con abrigos.

Después de empaquetar todo, el Ken se dio cuenta de que justo se había olvidado de su americana. Sí, la única que tiene y que nunca usa, aunque está en el armario a la espera de cuando lea la tesis.

– Ay, me he olvidado de la americana. ¿Y cómo voy a hacer para que no se me arrugue?
– Tienes la funda en la esquina, detrás de las bolsas.
– No, tengo una solución mejor.

Me doy la vuelta y veo al Ken en medio de la habitación en camiseta, calzoncillos y americana.

– Ken, estás de foto.

P.D.: Hoy me duele la espalda horrores 😦

septiembre 10, 2009

Ocupada con las cajas

Posted in Curro, Edición de vídeo, el Ken, Mudanza a 10:49 am por La Petite en Belgique

Llevo días queriendo escribir algo sobre el fin de semana pasado, pero esta semana ando a mil. En el trabajo es verdad que no tenemos mucho que hacer (cliente nuevo, apenas hay llamadas) pero me paso las horas investigando sobre nuevos plugins para tal o cual efecto y medito sobre dos proyectos que estoy preparando.

Al llegar a casa las cajas me esperan. Finalmente nos mudamos el sábado, así que tenemos que tener todo listo este viernes. Y cajas y más cajas. Libros, ropa, objetos pequeños desperdigados. Y como el apartamento tiene sólo 30 metros cuadrados, con tanta caja apenas tenemos sitio para nosotros. Y venga cajas y mas cajas.

Yo suelo llegar agotada del trabajo, pero a medida que me pongo a empaquetar, me voy poniendo más activa, y llega la noche y sólo puedo pensar en preparar más cajas. Mientras tanto, el Ken, que odia esto de meter cosas en cajas y ser un poco organizado, se ocupa de la cena y de esos menesteres que yo odio pero que él hace con gusto. Al menos nos compenetramos bien. Pero por la noche él se queda dormido al instante y yo sólo puedo pensar en cajas y más cajas y en cómo organizar lo que queda para meterlo en cajas y más cajas.

septiembre 4, 2009

Moralmente agotada

Posted in Buscando piso, Curro, Family Tales, Lonely moments, Mirando atrás, Mudanza a 9:09 am por La Petite en Belgique

Esto de preparar la mudanza y otros menesteres me está agotando.

Nos dieron las llaves del piso hace tres días y no podemos mudarnos hasta el día 12, ya que este fin de semana nos vamos al Rockabilly Day, y durante la semana es IMPOSIBLE porque yo no tengo días libres. Ayer fuimos a Bruselas porque los antiguos inquilinos querían recoger el correo, así que fui con una maleta pequeña que estuve cargando durante todo el día, para ir dejando cosas allí. Luego el Ken y yo nos fuimos corriendo a una tienda de camas. Decidimos ir a Au bon repos porque era la más céntrica de que teníamos conocimiento y cerraba a las 18:15. A las 18:02 cruzamos la puerta.

Después de echar un vistazo y pedir consejo, nos hicieron un presupuesto de casi 3000 euros (colchón, somier, armazón, …). Decir que es un 50% más cara por ser 20 cm más larga. Yo casi me caigo de espaldas. Si fuera una cama para los próximos 10 años no me importaría pagar 3000 euros, pero para dos años más que voy a estar aquí, no estoy dispuesta a gastarme más de dos sueldos (bueno, algo más de uno, porque iríamos a medias).

Así que cansados y derrotados nos volvimos a Leuven, lugar que cada vez estoy odiando más. Ojalá estuviéramos ya viviendo en Bruselas.

Hace dos días empecé a preparar cajas. Ya tengo cinco llenas de libros y lo que queda todavía.

Necesito un break, irme a España y perderme en el olvido. Que mi mayor preocupación sea sacar a la perra a la calle, dormir nueve o diez horas seguidas, sin interrupciones, tener persianas que bajar, tener algo de sol, tener amigos alrededor, tener a mi familia cerca.

A fin de mes tengo planeada una escapada. El Ken tiene un congreso en Granada del 21 al 26, así que iremos unos días antes, el viernes 18 para pasar el fin de semana allí. El lunes 21 yo me cojo un avión a Vigo y me tiro toda la semana allí, hasta el domingo 27. Tengo unas ganas enormes, y… no puedo esperar. Mi hermana ya está de baja por maternidad (en su trabajo se van de baja tres meses antes de dar a luz y luego tienen las 16 semanas de rigor) con una barriga enorme, allí hace sol, …

Quizá es mejor que no pueda irme ahora. Quizás decidiera no volver a Bélgica.

P.D.: Y la lavadora parece que se ha estropeado. No centrifuga bien.