octubre 30, 2009

Noche en blanco

Posted in Circo del terror, Curro, el Ken, Libros, Lonely moments, Sueños, Tolonterias a 6:49 pm por La Petite en Belgique

Hacía mucho muchísimo que  no me pasaba, pero así fue la pasada noche.

Me desperté a las 3:30 por culpa de una pesadilla. Algo súper raro. Yo estaba en el trabajo y al salir iba con mi madre e India y nos perseguía una vaca pelirroja loca con los cuernos muy grandes.  Conseguí esconderlas en un recodo del camino. Más tarde (no sé si es el mimso sueño u otro) aparecen unos terroristas que con un gas venenoso matan a todo el mundo. No a mí. A mí me han dado algo para que sienta un dolor espantoso. Entre el grupo de moribundos está Charlie el de Lost (*). Y también está el Ken, que se me acerca e intenta disimular una mirada asustada mientras dice que le cuesta respirar. Lo dice en un tono que no quiere preocuparme, como si fuera un comentario casual. Y me trae una ampolla con una droga para no sentir el dolor. No recuerdo nada más, ya que me despierto con la impresión.

Doy vueltas en cama y como no puedo dormirme, me levanto. Voy al baño y luego al salón a leer un poco. Después de American Gods me apetecía leer algo ligerito (a veces soy demasiado impresionable), así que estoy dándole caña al Petite Anglaise. Es divertido y ligero. Pero el sueño no me sale de la cabeza. Abro el portátil y veo que tengo conexión (vienen el día 3 a instalarnos internet). Veo si tengo mail, echo un vistazo a twitter y al Facebook. Hago tiempo. Busco una piscina en Bruselas. Tengo frío porque he salido sin nada de la habitación, así que me pongo una manta sobre los hombros. Intento leer un poco.

A las 5:30, una hora antes de que suene el despertador, decido irme a cama. No porque crea que me vaya a dormir, sino porque me siento agotada y quizá deba probar suerte a ver si se me cierran los ojos. Al llegar a la cama me acurruco al lado del Ken para absorber su calor. No duermo nada en esa hora. A las 6:30 suena el despertador y los dos confesamos que hemos pasado una noche de perros. Como tenemos tiempo (en realidad nos levantamos tan temprano para mantener horarios para la semana que viene, que nos tendremos que levantar a las 5) perreamos durante un buen rato en cama. Estamos agotados. Yo tengo dolor de cabeza y siento como si tuviera una nube en lugar de cerebro.

Hoy me siento como si hubiera salido ayer, pero sin salir. Y de vez en cuando se me vienen a la cabeza los ojos del Ken en la última imagen del sueño.

En un rato saldré de trabajar. Estos días me trae y me lleva el italiano. Me está dejando la cabeza como un bombo. Me quiere invitar a todo lo que se le pasa por la cabeza: una cena en un restaurante, ir a un carting, quedar una vez por semana para hacer diseño 3D, … Ayer por la tarde no paraba de hablar. Y mi cabeza ya estaba agotada de pasarme el día procesando mails. Me recuerda a Spider Cuchon, el ingeniero del Circo del Terror que parecía una radio sin enchufe, pero en otro tono. Sonará curel, pero espero que la semana que viene tengamos horarios diferentes para no coincidir.

– – –

(*) Creo que el Ken y yo estamos viendo demasiado LOST. Yo me acabé la quinta temporada hará dos meses, y ahora he vuelto a empezar porque se ha enganchado él. Vamos por la tercera temporada y el domingo nos tragamos cinco capítulos (!). Como decía, demasiado LOST. Es la segunda vez que alguno de los personajes se cuelan en mis sueños. Hace unos días soñé que Rose me daba un consejo, y que yo estaba super asustada porque mi jefe era en realidad el padre de Sun (menudo tirano), que se dedicaba a amenazar a Sayid mientras uno de sus secuaces le arrancaba las muelas.

Horarios

Posted in Belgica y los belgas, Curro, la dura vida del teleoperador a 5:53 am por La Petite en Belgique

Por culpa de una pesadilla llevo desvelada la última hora y media. Lo que me faltaba.

Para aprovechar el tiempo me he dedicado a buscar piscinas. Me han recomendado Poseidon, muy cerca de una estación de metro. Le he echado un vistazo a la página web y tiene buena pinta. Tienen además rocódromo y clases de pilates. La pega es que cierra a las 19:30 :S ¿Cómo podremos hacer deporte los trabajadores? Está claro que a eso de las siete y ocho los belgas se sumen en el sueño profundo de la muerte. Así no hay quien nade.

Y las clases de pilates son de risa. La que más tarde empieza lo hace a las 18:45. A este paso me dan ganas de pedir reducción de jornada 😦

octubre 29, 2009

Cansancio

Posted in Curro, el Ken, la dura vida del teleoperador a 1:31 pm por La Petite en Belgique

El Ken lleva varios días estresado porque tenía que acabar un artículo. Bueno, no sólo por eso. Supongo que poco a poco el doctorado se va haciendo cada vez más duro y la situación no aflojará hasta el f inal. Sin quererlo me ha confesado que también se siente muy cansado debido a mis cambios de turno. Hay semanas que tengo que salir de casa antes de las 6 de la mañana, otras no llego a casa hasta las 19:30 de la tarde. Le he dicho que tiene razón en decir que ese horario no hay quien lo aguante, pero que es problema mío y que no me parecerá mal si decide mantener él para sí un horario constante, yéndose a cama y levantándose cada día a la misma hora. Ahora que vivimos en un piso con más de una habitación es posible hacerlo.

Pero me ha dicho que no. Porque si lo hiciera apenas nos veríamos. Ya no compartiríamos el baño por las mañanas ni desayunaríamos juntos. Lo único a lo que podríamos agarrarnos algunas semanas serían dos horas cortas, entre las 19:30 y las 21:30. Que prefiere estar agotado y ponerse enfermo por no dormir, sólo por poder compartir algo más que esas dos horas conmigo.

Y yo le digo gracias, y sigo con mi rutina habitual de cada mañana antes de empezar mi jornada laboral: estudiar para los satélites y enviar CV a tutiplén.

Otro día gris

Posted in Anecdotas, Belgica y los belgas, Curro, la dura vida del teleoperador a 9:24 am por La Petite en Belgique

El Ken se acaba de ir, vestido de arriba abajo de ciclista para ir a Leuven. Treinta kilómetros de ida y otros treinta de vuelta. Eso sí que es estar en forma. Ayer tuvimos clases de Swing. El profesor de este año hace menos hincapié en las figuras concretas, ya que para él es más importante el aprender a moverse para poder improvisar y disfrutar del baile. Al principio de cada clase nos machaca con un calentamiento que más parece una clase de aerobic, en el que yo, tras acabar con la lengua fuera y un punto en el costado, siempre me doy cuenta de que estoy totalmente fuera de forma y necesito hacer ejercicio. He estado buscando piscinas en Bruselas, pero todas caen bastante lejos de las paradas de metro. Ahora no me importaría «demasiado», pero en pleno enero no me quiero imaginar el salir de un entorno calentito y esperar durante diez o quince minutos a -10ºC. Otra cosa que me da bastante reparo es la higiene en las piscinas, y aquí como no se lleva demasiado lo del gorro, las chanclas y la higiene personal en general, pues eso me hace pensar más de dos veces las cosas. Me han hablado bastante bien de una piscina que está al norte, a una media hora en autobús. Pero me pongo a calcular, y media hora dos veces, más un mínimo de una hora que esté nadando, hacen dos horas. Eso sumado a las 11 horas que ya estoy ocupada todos los días, hace 13. Le sumo ocho horas para dormir y una para ducharme y desayunar y hacen 22. Uy, pero si sólo me quedan dos. Bueno, al menos tengo tiempo para cenar, aunque sea comida rápida. A este paso la piscina sigue esperando.

En un rato me iré al trabajo. Ayer me vine en coche con el italiano del que hablaba en mi anterior post. La verdad es que lleva varios días diciendo que iba a conseguir un coche y ofreciéndome casi a diario el llevarme al trabajo. Por eso lo de pedirle que me llevara el jueves que viene no es algo tan descabellado. Sé que hay gente que pide continuamente que los lleven en coche, pero si nadie me lo ofrece, yo ni harta de vino se lo pido a nadie. Antes corro de rodillas detrás del autobús.

Ayer por la mañana decliné su invitación por miedo a llegar tarde (no tenía muy claro donde nos íbamos a encontrar) y porque no me apetece deberle favores, pero para volver no tenía excusa, y el hecho de esperar el autobús a la intemperie durante un tiempo indeterminado entre trece y cincuenta minutos no me atraía demasiado (no me quiero imaginar cómo será en enero).

Por el camino estuvo repitiendo por enésima vez que odia Bélgica y a los Belgas (Josel3 siempre me dijo que era malo juntarme con compañías que alimentaran mi odio) y que esto y lo otro y lo de más allá. Y que las mujeres belgas es lo peor que uno se puede encontrar (su ex-mujer es belga) y que en este país nadie se ducha y que sólo miran el dinero.

– ¿No tendrás una hermana libre para mí?
– Ehh, sólo tengo una, la embarazada, y no está libre.
– Ay, no, embarazada no la quiero.
– Pero mi madre está libre.
– ¿Cuántos años tiene?
– 56.
– Bueno, todavía es factible. Pero mira, si algún día dejas a tu novio, prométeme que me llamarás.
– ¿Einh?

No he podido declinar su invitación a llevarme hoy. A ver con qué cosas nuevas me sale. Sólo espero que nunca nunca encuentre este blog. Es lo malo de conocer a extranjeros que hablan cinco idiomas, que digas lo que digas y como lo digas, siempre se van a enterar.

octubre 28, 2009

Huelga de trenes

Posted in Anecdotas, Curro, la dura vida del teleoperador a 6:14 pm por La Petite en Belgique

Esta mañana al llegar al trabajo mis compañeros me informaron de que el jueves que viene hay huelga de trenes. Y no una huelga de medio pelo donde hay pocos trenes y a horas impredecibles. En teoría no va a haber NINGÚN tren. Si tenemos en cuenta que mucha gente (la mayoría, me atrevería a afirmar) vienen a Mechelen desde sus ciudades en tren, el jueves que viene va a ser un caos. Estuve mirando por internet la posibilidad de venir en bus, pero no hay nada directo. Lo que en total viene a significar un metro y tres buses para venir a trabajar, que se traduce en más de dos horas. No he mirado la vuelta porque no me quiero poner de mal humor.

Es posible que pueda arreglar con un compañero para venir en coche. Pero me da miedo lo que puede significar pedirle un favor. Ya me veo un fin de semana entero haciéndole diseños 3D en Blender.

No es que sea mala persona, sólo un poco insistente. Hace unos meses me pidió que le enseñara algo de diseño 3D porque tenía un par de proyectos en mente. Le pasé todos los manuales con lo que yo había aprendido a manejar el programa, desde lo más básico hasta cosas más avanzadas.

Dos semanas después me llama por teléfono diciéndome que quiere tirar el ordenador por la ventana. Me pide que me conecte por remoto a su ordenador y le explique. Tras treinta segundos deduzco que no se ha leído ninguno de los manuales que le di, ya que no sabe ni cómo seleccionar un objeto. Se le cae la conexión y doy gracias al cielo.

Una semana después me vuelve a decir en el bus que quiere tirar el ordenador por la ventana. Y así, cada vez que lo veo. Está convencido de que podemos asociarnos y ganar dinero con esto del diseño, pero yo no tengo muy claro cuál sería su función. Cada semana me pide que le haga tal o cual diseño 3D y él a cambio me invita a una cena. Hasta el momento he podido escaquearme. Con todo lo que tengo que hacer como para añadir una obligación más. Por eso me da miedo deberle favores.

Dos ciudades

Posted in Anecdotas, Belgica y los belgas, Mirando atrás a 5:54 pm por La Petite en Belgique

La cortina de la oficina está abierta y bandadas de pájaros recorren el cielo azul. Un cielo azul que es poco común en este país, pero que anuncia días fríos de invierno.

Hace un par de semanas tuvimos unos cuantos días seguidos de cielo despejado, tiempo frío y un tímido sol que no calentaba. Esa semana yo tenía turno 7-3, lo que significaba que llegaba a casa la a las 4:20, dejaba mi mochila y salía a recorrer las calles de Bruselas, a perderme, a conocer nuevos rincones, a maravillarme de ver sitios nuevos, a disfrutar del hecho de vivir de nuevo en una gran ciudad.

Y la memoria y la percepción me quisieron engañar durante unos segundos en los cuales vi dos ciudades superpuestas, dos ciudades con sol llenas de vida. Una, por supuesto, Bruselas, y la otra que vi, durante dos instantes fugaces, fue Vigo, mi ciudad natal. Que me perdonen los Bruselenses si esto les ofende, pero juro que en esos momentos de euforia, De Brouckere me pareció el cruce de García Barbón con Alfonso XIII, y en una esquinita de la Grand Place me sentí durante un par de segundos como en la Plaza de la Constitución, donde tantas veces me he sentado a tomar algo en alguna de sus terrazas.

Que me perdonen los habitantes de Bruselas que se den cuenta de que las comparaciones que acabo de soltar son un completo disparate. Son tan solo una impresión de alguien que se ha dejado llevar por una locura transitoria.

La presión no nos deja trabajar

Posted in Anecdotas, Curro, Tolonterias a 5:42 pm por La Petite en Belgique

Y no me refiero a la presión en el trabajo, sino a la atmosférica.

Hoy estoy que me arrastro por los suelos. Es de esos días en que no sé si he dormido mal, si estoy incubando algo o simplemente no estoy hecha para este ritmo de vida. Consultando la meteorología, leí que hoy tenemos bajas presiones. Preguntándole a Mr. Google, he encontrado esto:

Mucha presión, puede producir irritación y cansancio
Poca presión, vagancia y somnolencia.

fuente: Yahoo! respuestas

Así que visto lo visto, parece que haga la presión que haga, trabajar es una tarea difícil.

Petite Anglaise

Posted in Anecdotas, Libros a 5:36 pm por La Petite en Belgique

El sábado, bajo una lluvia intermitente, nos fuimos al centro. El Ken quería que le enseñase Waterstones, una librería inglesa que hay en Bruselas. Yo prometí no comprarme nada (sí, escribo posts como el del otro día hablando de que hay que salir de la rueda del capitalismo y en realidad soy la primera a la que le dan taquicardias al entrar en una librería), pero vi un libro que me hizo gracia. Estaba en la sección biografías y su título era «Petite Anglaise». Le estuve echando un ojo y todavía me llamó más la atención cuando leí que estaba basado en un blog con el mismo nombre.

Juro que cuando abrí este blog no sabía nada ni de ese blog ni del libro. Curiosa coincidencia.

octubre 27, 2009

Espejos

Posted in Reflexiones a 6:57 pm por La Petite en Belgique

Hace dos días un compañero de trabajo y yo esperábamos el tren juntos. Él no dejaba de hablar de una tercera persona, que si esto, que si lo otro, que si es una insoportable, bla, bla, bla. La cuestión es que esa tercera persona también es conocida mía, y si bien no la conozco demasiado, no me parece que las afirmaciones de este compañero se puedan tomar como totalmente ciertas.

Así que cuando el tren llegó y buscamos unos asientos, le expuse mi teoría de que nadie es bueno, ni malo, ni insoportable, ni hablador ni callado. Simplemente reaccionamos de forma diferente según la persona que tengamos enfrente de nosotros. A veces conectamos en seguida con una persona y la conversación es fluída. Otras veces parece que toda palabra salida de nuestra boca es forzada y los silencios son incómodos. También pensé en el hecho de que algunas personas (las más) piensan que hablo muy poco, escucho bastante y soy bastante hermética y otras creen que hablo más de la cuenta, sólo me miro el ombligo y nunca escucho. Esto me lleva a pensar en lo que estaba diciendo, que nos comportamos según la persona que tengamos delante. También habría que añadir que, por suerte o por desgracia, nadie percibe las cosas de igual manera. Quizá mi actitud ante dos personas no sea tan diferente, quizá lo vean de manera diferente según la visión que tengan de la vida. Y por supuesto que aunque realmente no cambiemos, sin quererlo sufrimos una evolución que añade ciertos matices a nuestra actitud.

Y toda esta reflexión me lleva a otra. El primer año de este blog fue fresco, fluído, como una conversación al oído. Por diversas razones siento que el tono del blog ha cambiado. Ya no me asolan las terribles preocupaciones que me tenían en ascuas en el otro trabajo. No soy 100% feliz, pero al menos puedo dormir por las noches sin pensar que estoy en un sitio totalmente equivocado. Mi salud se ha estabilizado, mi vida profesional no es ninguna maravilla, pero me da que ésa es la situación más común en el mundo que nos ha tocado vivir. Me considero casi afortunada de tener un trabajo, un Ken que me quiere y una familia que, a pesar de tener altibajos, parece que poco a poco va saliendo a flote. No siento la urgencia de antes de escribir sobre determinadas cosas, porque hoy en día ya no me ocurren cosas relevantes todos los días. Ahora tengo anécdotas y a veces reflexiones.

Todo eso y que ahora os conozco un poco  mejor. Soy más consciente de que al otro lado hay personas que me leen, algunas de las cuales conozco, y eso me lleva muchas veces, aunque no lo quiera, a autocensurarme.

Mirando hacia atrás, me gustaba más el blog de antes: espontáneo, con una historia casi de vida o muerte (estoy exagerando), con tensiones, confidencias. El de ahora lo veo deslavazado, inconexo, sin vida. No ha sido a propósito, y supongo que las etapas de la vida lo harán o no volver a sus inicios.

Ya veremos 🙂

Perfeccionismo o sentimiento de culpabilidad?

Posted in Circo del terror, Curro, el Ken, la dura vida del teleoperador, Mobbing, Reflexiones a 6:40 pm por La Petite en Belgique

Las semanas pasadas he tenido la impresión de estar rindiendo menos de la cuenta en el trabajo. Supongo que ha sido una mezcla de cosas, el estar descontenta porque llevo seis semanas con turnos horrorosos y el hecho de que de repente tengamos mucho más trabajo. Cuando no estoy bien del todo y se dan situaciones difíciles mi sensación es casi siempre la de no dar la talla. Ya me pasó antes en el circo del terror. Me estaban hundiendo, pero yo tuve muchas veces la sensación de que la culpa era mía.

El hecho es que el viernes el subjefe de equipo me hizo ver que no tenía razón, y tras un recuento totalmente objetivo y dadas las responsabilidades que tengo, soy casi la que más trabaja en el equipo. Quién me lo hubiera dicho en esas horas negras de mal humor en que realmente me sentía casi un fraude.

Otro ejemplo de mi afán de perfeccionismo o sentimiento de culpabilidad (me gustaría encontrar la definición correcta de lo que me pasa) es que tiendo a culpabilizarme de los conflictos que sufren las personas de mi alrededor. Si veo a mi subjefe de equipo tenso pienso que he hecho algo malo, si el Ken está preocupado pienso que yo tengo algo que ver. Y así podría hacer una lista sin fin. Supongo que tendré que seguir trabajando en ello.

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