May 10, 2008

Cansancio, aislamiento y mal humor

Posted in Curro, el Ken, General a 10:51 am por La Petite en Belgique

En fin, quinto post en diferido desde Argel la blanca.

Hoy la lluvia no nos abandonó en todo el día, por la mañana una lluvia fina que calaba los huesos y por la tarde una verdadera tormenta. Es raro para mí tener este tiempo aquí y oirle al pequeño que en Bélgica luce el sol. Esta noche es posible que duerma en mi casa porque su ático se convierte en una sauna cuando el tiempo fuera es caluroso. También me ha dicho que va a hacer la compra para tener comidita cuando yo vuelva y podamos preparar desayunos ricos de esos que nos pegamos cuando estamos de relax 🙂

Ayer por la noche al se hizo tarde, y de tan cansada que estaba, no podía dormir. Di unas cuantas vueltas en cama (yo soy de las que cae y a los 5 minutos ya está profundamente dormida) y finalmente me dormí. A las 3 me desperté (cosa rara en mí, sobre todo estas noches, que se me hacen tan cortas que siento que toco la almohada y a los dos minutos suena el despertador) y fui al baño. A las 7 finalmente me levanté como todas las mañanas, me duché, preparé mi cosas (papel higiénico incluído en el bolso) y salí al pasillo a esperar al Ultracatólico. Decir que esta mañana me levanté aún más cansada que las mañanas anteriores, y el mal humor era la emoción que imperaba en mi ánimo. La media hora que transcurrió entre que me levanté de cama y salí por la puerta de la habitación, la pasé profiriendo juramentos dignos de un camionero. Al ver al Ultracatólico le volví a repetir por enésima vez que yo no puedo seguir así, que si no duermo y trabajo tantas horas voy a caer enferma, y que si caigo enferma el proyecto me va a importar un pimiento. Se queda frito y no contesta.

Salimos a desayunar. Como es viernes (equivalente al domingo europeo), el Ultracatólico espera poco tráfico y pocos coches aparcados en la calle del café árabe habitual (o sea, pocas probabilidades de multa), así que decidimos ir allí. Por el camino (la distancia entre el hotel y el café será de unos 600 m) vemos mucha policía, como de costumbre, y uno de los agentes nos hace una señal para que paremos. Nos pide los papeles del coche y el permiso de conducir. «Ah, venís de Bélgica, ah, qué interesante. Y cómo se pronuncia tu nombre?». En fin, parece que los polis se aburren y se dedican a parar a la gente para pasar el rato. Nos despidió con una sonrisa y un «C’est bon, c’est bon» (frase que junto con el «bien sur», es una de las más oídas en Argelia).

Tomamos rápido nuestro desayuno y nos encaminamos hacia Cerist. Por el camino se ven pocos coches y poca gente (como un domingo a las 8 de la mañana en Europa). A lo largo de una de las calles que atravesamos lo único que se ve son multitud de policías (dos o tres cada diez metros) con cara de aburridos.

Hoy el trabajo fue algo mejor. Como el resto de universidades estaban cerradas, el Ultracatólico estuvo toooooodooo el día conmigo (menos mal que hubo un par de momentos divertidos, porque todo el día con la misma persona puede llegar a ser estresante, especialmente si es un compañero de trabajo y está por encima tuya). Descubrimos nuevos problemas pero parece que la cosa va adquiriendo color.

Hoy la comida consitió en panes de pita de ayer (en la tienda no tenían nada mejor) con queso kiri y atún en tomate procedente de Poio – Pontevedra (!!). Sin cuchillo otra vez, nos vimos obligados a emplear como herramientas de cocina una tarjeta de crédito y un destornillador pequeño (hay foto que lo prueba, ya la publicaré).

El tiempo una caca, día húmedo y frío. En una de las veces que fui al baño (que está en otro edificio) casi me calo hasta los huesos. Por el camino me encontré a uno de los hombres de seguridad, un tipo con dos hijas llamadas Fifi y Coucou de uno y dos años de edad. Estuvo durante media hora haciéndome preguntas de a ver cuándo me casaba, y que si me casaba él iría con Fifi y Coucou a Bélgica a mi casa. Me pidió que la próxima vez que volviera por aquí le trajera un regalo para las niñas. Tipo peculiar éste Djamel, todo el rato con el walkie en la mano pero con actitud de estar paseando más que otra cosa. Al menos es simpático.

Acabamos el curro sobre las 18:30 y nos vinimos al hotel. Baño rápido y reunión en la habitación del Ultracatólico. A la vuelta a Bélgica me espera otro curro importante en Luxemburgo del que aún no tengo ni pajolera idea. Me aconseja que sea prudente al pedir mis días libres de recuperación (al trabajar aquí los 7 días de la semana, me corresponden dos días libres) porque el curro ese es urgente. Pos vaya mierda. El estrés se me empieza a subir por la espalda, que ya la tengo partida al medio por culpa del cansancio.

Salimos a cenar y se vuelve a perder. Busca no-sé-qué restaurante en un rotonda en la zona de Hydra. Damos vueltas durante media hora y nada. Le pregunta a unos policías (que a causa de la lluvia llevan una especie de batas blancas con gorros también blancos que les dan un aspecto de carniceros de lo más cómico) y las indicaciones nos acaban llevando a una rotonda de la zona de Hydra, sí, pero no la que el ultracatólico busca. Preguntamos a otros policías. El primero se toma la pregunta a cachondeo y se ríe un rato. Es domingo y se nota que están más aburridos que ostras. Se acerca otro al coche. Preguntamos y el segundo pone cara de saber donde está la rotonda ésa pero que el camino es complicadillo (vamos, como cualquier camino en Argel). Nos dice un: «seguid al furgón» y ambos polis se montan en él (un verdadero furgón de policía, con ventanas cubiertas de barrotes y la sirena puesta). La mala pata nos lleva a la misma rotonda equivocada. Yo no sé si reir o llorar. Moló el detalle de que la poli se prestara a hacernos de guía, sobre todo teniendo en cuenta lo cabrones que son aquí. Pero es finde, estaban aburridos, fuimos muy educados y nada como llevar de copiloto a una española con pinta de argelina que les sonríe a los polis (sigh).

Me piro a dormir. Muchas gracias por vuestros comentarios, de verdad. Valen mucho para mí, sobre todo en estas circunstancias. Siento de corazón no poder estar a vuestra altura y contestaros de vez en cuando, leeros, pero sólo tengo internet mientas curro y el estrés está alcanzando cotas importantes (además de tener al Ultracatólico con el látigo al lado). Aquí en la habitación del hotel no tengo internet y me veo obligada a usar el notepad para redactar. Con los mails del Pequeño es lo mismo. Mi rutina nocturna, aprovechando la espera a que me baje la cena, es un mail a mi rubio y un post. No siempre en el mismo orden. Todo depende del humor con el que me encuentre. Si estoy muy echa polvo suelo dejar el mail para el final, para no hundir más al Pequeño, que a veces también se pone melancólico y triste.

Buenas noches a todos. Gracias por estar ahí.

P.S.: EL Ultracatólico estima que si todo va como hasta ahora y no tenemos demasiadas sorpresas, es posible que me pueda ir el martes. Eso significa que me encuentro en el ecuador de mi estancia. Bueno, un poco más y pronto estaré durmiendo en mi camita con una persona a mi lado que está demostrando ser bella por fuera y bella por dentro.