May 20, 2009

Conciertos e higiene

Posted in Anecdotas, Belgica y los belgas a 5:43 pm por La Petite en Belgique

Como varios miércoles desde que estoy aquí, me encuentro como con resaca pero sin resaca. Vamos, que ayer todo lo que bebí fue agua y té de la máquina. Así que mi conclusión es que el aire acondicionado me está matando lentamente. A ver si es verdad eso de que hierba mala nunca muere y que lo que no nos mata nos hace más fuertes.

Es posible también que ande a veces medio zombi porque hace un par de semanas fui a un concierto de Liam Finn en Bruselas:

Y ayer a uno de Angelo Branduardi en Antwerpen:

Por cierto, que hubo un hecho que me sorprendió bastante en el concierto de ayer. Nuestras entradas eran para el primer palco y nos costaron 44 euros cada una, así que asumo que había entradas más caras. Así que me quedé de piedra cual troll a la salida del sol cuando en el descanso fui al cuarto de baño y tras esperar una enorme cola, veo un cartel que dice que hay que pagar 30 céntimos por usar el servicio. Había una señora mayor inspeccionando cada cubículo antes y después de su uso y recogiendo las monedas. Ante tal desfachatez se me ocurrió hacer como en el aeropuerto de El Cairo y no pagar (es que los españoles tenemos mucha cara), pero cambié de idea al ver a una usuaria a la que se le había ocurrido lo mismo y tras ella a la anciana corriendo por el pasillo hasta darle alcance al grito de «Mevroooow!!!». Cuando me llegó el turno, observé asqueada que la anciana limpiaba TODOS los asientos con la MISMA bayeta. Limpiar es un decir, porque lo que hacía era darle una pasadita rápida y no se la vi enjuagar ni una sola vez (cuando llegué la cola era de unas 30 mujeres).

Tras el descanso le comenté al pequeño lo del baño y se me quedó con los ojos como platos porque al parecer usar el cuarto de baño de los hombres era gratis. Pues oye, para usar un baño que sé que está lleno de bacterias por todas partes, me dan ganas de no pagar e irme con los hombres.

Por cierto, en el baño de señoras, uno de los dispensadores de jabón estaba vacío. Un robo, vamos.